Elecciones departamentales: caídas, consolidaciones y el poder del liderazgo local

Juan Pardo analiza el retroceso del Partido Colorado, el efecto de los caudillos territoriales y cómo el “voto de cercanía” marcó la diferencia en Paysandú y otros departamentos

Actualidad13 de mayo de 2025Jean Pierre DutraJean Pierre Dutra

Elecciones Departamentales

Las elecciones departamentales del pasado domingo dejaron un mapa político renovado y lleno de contrastes. Mientras algunos liderazgos locales se consolidaron con fuerza, otros partidos tradicionales, como el Partido Colorado, sufrieron duros reveses en sus bastiones históricos. El politólogo Juan Pardo ofreció un profundo análisis del escenario electoral, destacando la importancia creciente de los liderazgos territoriales y el impacto del llamado "voto de cercanía".

Uno de los ejemplos más claros es lo ocurrido en Guichón, donde el dirigente colorado Elguera volvió a perder, reflejando una realidad que golpea a su partido: desde el año 2000 el Partido Colorado no logra ser competitivo en la interna departamental de Paysandú, con excepciones puntuales como Chapicuy y Piedras Coloradas (esta última ganada en 2015). Esa falta de competitividad a nivel mayor genera un efecto arrastre negativo en las elecciones municipales.

“Cuando un partido no disputa en serio la intendencia, esa debilidad se traslada a los municipios”, explicó Pardo, y agregó que incluso se ha planteado —como lo hizo en su momento Andrés Ojeda— la necesidad de permitir el voto cruzado para que los ciudadanos puedan elegir candidatos municipales de otros partidos sin estar atados a su voto departamental.

Otro elemento que llamó la atención del analista fue el alto número de votos en blanco y anulados en diversos departamentos, incluyendo Paysandú. Para Pardo, esto es una señal clara de desgaste político y fatiga ciudadana ante un ciclo electoral largo y complejo, sin mecanismos que faciliten una mayor representación o flexibilidad en la elección.

En términos nacionales, también destacó un fenómeno llamativo: los escándalos de corrupción no impactaron en el voto. Departamentos como Soriano (Besozzi), Artigas (Caram) y Salto (Albisu), cuyos líderes fueron cuestionados durante la campaña, obtuvieron sólidos respaldos en las urnas.

“La gente respaldó a candidatos señalados por presuntas irregularidades. Ya había pasado antes con Moreira en Colonia. El voto no se define por las denuncias, sino por la gestión percibida y la cercanía del líder con la comunidad”, sostuvo el politólogo.

Este comportamiento refuerza la hipótesis de que la gestión local y la figura del candidato pesan más que los lineamientos ideológicos o partidarios. Pardo se refiere a esta figura como el “caudillo moderno”: un referente cercano, con visibilidad constante, capacidad de gestión y fuerte presencia territorial.

El ejemplo más claro de este fenómeno fue Paysandú, donde el Partido Nacional no solo ganó la intendencia con Nicolás Olivera, sino que lo hizo con una diferencia histórica de más de 20.000 votos. A esto se sumó la irrupción de Jorge Larrañaga Vidal, que no solo se posicionó con fuerza interna sino que obtuvo más votos que el candidato más votado del Frente Amplio, dejando clara la doble consolidación del liderazgo nacionalista.

Mientras tanto, el Frente Amplio vio una fuerte pérdida de entre 8.000 y 10.000 votos respecto a la elección nacional de octubre, lo que para Pardo confirma que el desempeño departamental no puede atarse al comportamiento electoral nacional.

En Lavalleja, otro departamento con resultado inesperado, Pardo destaca la figura del frenteamplista Daniel Jiménez, cuya campaña se caracterizó por su planificación estratégica. Allí, una fuerte división interna del Partido Nacional permitió al Frente Amplio pelear cabeza a cabeza, a pesar del dominio blanco en casi todos los municipios.

“Tuvimos 19 elecciones distintas, y en cada municipio otros tantos escenarios. El votante elige con criterios diversos, y uno de los más fuertes hoy es el vínculo personal con los candidatos. Las campañas prolongadas del Partido Nacional contrastan con los tiempos más acotados del Frente Amplio, lo cual también influye en los resultados”, concluyó Pardo.

En síntesis, las elecciones del domingo reafirmaron que el poder local, la gestión de cercanía y la figura del candidato son los elementos que definen, cada vez más, el rumbo electoral en Uruguay. En este nuevo escenario, los partidos que no logren construir liderazgos sólidos y visibles difícilmente puedan disputar con fuerza el futuro político del país.

Te puede interesar
Lo más visto

Recibí las noticias más importantes de la semana en tu email