Ganado con garrapata a faena: lo que permite la ley y por qué es clave actuar con responsabilidad

Aunque la ley permite enviar ganado con garrapata a faena, hacerlo exige cumplir estrictas condiciones sanitarias. El MGAP recuerda que esta posibilidad no debe interpretarse como una flexibilización, sino como una herramienta para evitar errores que podrían comprometer la salud pública y la reputación internacional de la carne uruguaya.

Somos Agronegocio03 de diciembre de 2025Laura PereyraLaura Pereyra
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¿Sabías que en Uruguay sí se puede enviar ganado con garrapata a faena? Lo permite la ley 18.268. Pero no es un permiso para relajarse: es una herramienta pensada para reforzar las buenas prácticas sanitarias, evitar errores costosos y proteger el acceso a los mercados internacionales más exigentes.

El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) ha sido claro: los productores pueden enviar animales parasitados a frigorífico, pero solo si el veterinario de libre ejercicio notifica oficialmente el hallazgo y se cumple con el procedimiento sanitario. No se trata de alentar el envío de ganado con parásitos, sino de evitar prácticas inadecuadas, como medicar a última hora animales ya prontos para faena, lo que eleva el riesgo de residuos en carne: “no hay impedimento legal, pero sí una condición técnica: notificar a tiempo, con el formulario correspondiente. Así se evita una presión innecesaria sobre el productor y se promueven prácticas responsables”, explicó el Dr. Carlos Fuellis, adjunto a la Dirección General de Servicios Ganaderos (DGSG).

El verdadero riesgo: residuos en carne y leche

El problema de fondo no es la garrapata en sí, sino lo que viene después de un mal manejo: los residuos no conformes. Estos aparecen cuando se utilizan mal los productos garrapaticidas —por ejemplo, sin respetar los tiempos de espera— y pueden poner en jaque no solo al productor, sino a todo el país exportador.

No es un tema menor, ni complejo de solucionar. Simplemente hay que respetar las etiquetas, las dosificaciones, y registrar bien la información. Las buenas prácticas tienen un efecto inmediato”, aseguró Fuellis.

El mensaje es claro: usar productos registrados, calibrar correctamente, considerar el peso real de los animales y registrar todo en la planilla sanitaria oficial son pasos fundamentales para evitar problemas.

Pérdidas invisibles… y mercados en riesgo

Más allá del impacto sanitario, las pérdidas económicas asociadas a la garrapata son notables. Estudios estiman que un animal puede perder hasta 80 kilos por año en condiciones medias de parasitosis. Pero el verdadero daño es más silencioso: una detección de residuos puede cerrar mercados clave como China, que recibe más del 60% de nuestras exportaciones cárnicas: “un error evitable puede poner en riesgo un mercado entero. Ya lo vivimos y sería aún más grave si vuelve a pasar”, advirtió Fuellis.

Una alianza clave: productor + veterinario

El veterinario de libre ejercicio es más que un certificador: es un aliado estratégico. Su rol es asegurar que las decisiones sanitarias respeten la ley, optimicen los costos productivos y minimicen riesgos: “cuando se suman el conocimiento técnico del veterinario, la voluntad del productor y la disponibilidad de buenos productos, se puede construir un plan sanitario efectivo y rentable”, concluyó Fuellis.

La ley no es un atajo. Es una herramienta técnica que, bien aplicada, protege al productor, cuida la reputación del país y garantiza que la carne uruguaya siga siendo sinónimo de confianza en el mundo.

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