Paysandú se proyecta al futuro con una planta de hidrógeno verde

La iniciativa, respaldada por la experiencia uruguaya en energías renovables y biocombustibles, apunta a posicionar al país como referente regional en la producción de energía limpia.

Actualidad29 de septiembre de 2025Esteban OberttiEsteban Obertti

JUAN GOROSTERRAZÚ - Diputado Frente Amplio

El Uruguay dio un giro histórico en su matriz energética a partir de 2007, cuando se apostó con decisión a las energías renovables. Ese cambio permitió que el país se destacara a nivel mundial por la incorporación de la energía eólica y solar en su sistema eléctrico, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles.

Sin embargo, la transformación no se detuvo allí. Durante el período 2010-2015 se avanzó también en el cambio de la matriz de combustibles, con el impulso de ALUR (Alcoholes del Uruguay) y el desarrollo de biocombustibles, especialmente en el norte del país, con fuerte presencia en Bella Unión y Paysandú. Ese proceso marcó un precedente fundamental que abre hoy las puertas a un nuevo desafío: la producción de hidrógeno verde.

Una hoja de ruta pensada desde 2017

En 2017 se elaboró la hoja de ruta del hidrógeno verde, que sentó las bases de lo que hoy se discute a nivel nacional e internacional. Este plan no surgió de la nada, sino que estuvo contemplado en los programas del Frente Amplio desde 2004, en el marco de una estrategia de largo plazo para transformar la matriz energética del país.

La experiencia acumulada en renovables y biocombustibles permitió a Uruguay dar el paso hacia esta nueva etapa. El hidrógeno verde se perfila como una herramienta clave para profundizar la descarbonización y consolidar un modelo de desarrollo sostenible.

Un proyecto estratégico para Paysandú y el país

El gobierno nacional analiza la construcción de una planta de hidrógeno verde en Paysandú como parte de esta estrategia. La ubicación no es casual: el departamento cuenta con antecedentes industriales, capacidad logística y experiencia acumulada en proyectos energéticos vinculados a ALUR.

Además, Paysandú podría transformarse en un polo estratégico por su cercanía con Argentina, lo que abre posibilidades de cooperación y comercio internacional. Por eso, el proyecto no se estudia de manera aislada: involucra al Ministerio de Industria, Energía y Minería, pero también al Ministerio de Trabajo, Economía y Relaciones Exteriores, así como a la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y la propia Presidencia de la República.

“Es un proyecto muy importante no solo para Paysandú y para Uruguay, sino también para el mundo, porque está vinculado directamente a la descarbonización y al cambio de un modelo productivo y de desarrollo”, señalaron desde el ámbito político.

El lugar de Uruguay en la nueva geopolítica

La apuesta por el hidrógeno verde también tiene un componente geopolítico. Tradicionalmente, el mundo se dividió entre países que producen y venden hidrocarburos y aquellos que los compran. En el futuro, se prevé que esa división se replique con el hidrógeno verde: habrá naciones exportadoras y otras dependientes de su importación.

Uruguay, con su estabilidad institucional, seguridad jurídica y trayectoria en políticas energéticas sostenibles, busca posicionarse en el primer grupo. De concretarse, Paysandú sería una pieza central en ese nuevo escenario, colocando al país como exportador de energía limpia en una región aún marcada por la dependencia de los combustibles fósiles.

Más que energía: un modelo de desarrollo

La transición hacia el hidrógeno verde no solo implica un cambio en la matriz energética, sino también un impacto en la economía, el empleo y la industria. Una planta de estas características demandaría mano de obra calificada, abriría oportunidades de formación en nuevas tecnologías y fortalecería la inserción internacional de Uruguay en cadenas de valor sustentables.

En ese sentido, la visión es integral: no se trata únicamente de producir energía, sino de construir un modelo productivo diferente, con énfasis en la sostenibilidad, la innovación y la diversificación económica.

Conclusión

Paysandú está en el centro de un proyecto que podría marcar un antes y un después en la historia energética del Uruguay. Con la experiencia acumulada desde 2007, el desarrollo de ALUR en el norte y una hoja de ruta definida desde 2017, el país tiene la base para convertirse en un actor relevante en la producción de hidrógeno verde.

El desafío ahora es transformar esa visión en realidad, con un proyecto que combine innovación tecnológica, impacto social y proyección internacional. Uruguay ya demostró que podía liderar la transición hacia las energías renovables; el hidrógeno verde es la próxima frontera, y Paysandú puede ser su epicentro.

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