Letras que Unen Fronteras

Comenzó la 10ª Feria Binacional del Libro en Paysandú con una Conmovedora Participación Escolar

Cultura 21 de mayo de 2025Jean Pierre DutraJean Pierre Dutra

Directora de Cultura- Laura Juan

La emoción se respiraba desde la entrada del Estadio Cerrado “8 de Junio”. Cientos de niños y adolescentes esperaban ansiosos la apertura de puertas, marcando el inicio de la 10ª Feria Binacional del Libro de Paysandú, un evento que este año no solo celebra la literatura, sino también la inclusión, la educación y la hermandad entre Uruguay y Argentina.

“Es muy emocionante”, expresó una de las organizadoras mientras describía la escena: más de 100 estudiantes aguardaban afuera, muchos llegados desde escuelas rurales ubicadas a lo largo de la Ruta 26. Entre ellas, se destacaba la Escuela 76 de Paso Castel de Corrales, un internado cuyos alumnos viven allí durante el año lectivo. También asistieron escolares de El Eucalipto, Puntas de Buricayupí, y de las escuelas 31, 34 y 85, lugares donde el acceso a este tipo de eventos suele ser limitado.

La feria se extiende hasta el sábado por la tarde y ofrece una nutrida grilla de actividades durante cuatro días, con presentaciones de libros, charlas con autores y espacios interactivos especialmente pensados para los más pequeños y para toda la familia. Pero más allá del cronograma, lo que destaca esta edición es su espíritu integrador y comunitario.

“Este espacio es de todos y para todos”, enfatizó la vocera del evento durante el acto de apertura. “La cultura no tiene colores políticos. Es un patrimonio común que debemos cuidar y compartir”.

Este año, la feria cuenta con la participación de escritores sanduceros, autores de otras regiones del país y también de tres editoriales argentinas que visitan Uruguay por primera vez, gracias al apoyo del Consulado Argentino. Para ellos, la experiencia es completamente nueva y enriquecedora. Lo destacable es que muchos autores se presentaron sin exigir honorarios, motivados únicamente por su compromiso con la cultura y la educación.

Uno de los momentos más conmovedores ocurrió cuando la escritora Gabriela leyó su cuento a un grupo de niños. “Era un silencio total”, relató una de las organizadoras. “Los chiquilines estaban totalmente compenetrados. Les parecía increíble que la persona frente a ellos fuera quien escribió el libro. Surgían preguntas sobre cómo lo escribió, quién hizo las ilustraciones…”.

Ese contacto directo entre autor y lector, entre palabra escrita y mente curiosa, es lo que da sentido a la feria. “El libro en papel se siente diferente. Uno puede tocarlo, hojearlo, volver atrás, releer”, señaló emocionada. La feria promueve no solo el amor por la lectura, sino también el hábito de compartir libros en comunidad, una costumbre que en tiempos pasados fortalecía lazos entre vecinos y amigos.

Más allá de lo literario, esta feria es un espacio de encuentro, de diálogo y de crecimiento. Una oportunidad para que los niños de escuelas rurales conozcan escritores, descubran mundos nuevos y sientan que también ellos pueden crear, imaginar y contar sus propias historias.

Para quienes aún no han asistido, el mensaje es claro:
“No se pierdan esta feria del libro. Se van a arrepentir.”

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