Fundación Celeste: el legado de Sudáfrica que apuesta al fútbol como herramienta de vida

Daniel Baldi destacó que la organización busca promover educación, valores y deporte saludable, más allá del profesionalismo

Actualidad02 de septiembre de 2025Paola RubboPaola Rubbo

DANIEL BALDI - Escritor- Gerente Fundación Celeste

La Fundación Celeste, nacida en 2010 tras la histórica participación de Uruguay en el Mundial de Sudáfrica, cumple 15 años de trabajo constante con un objetivo claro: transformar el cariño popular recibido por los jugadores de aquella selección en acciones concretas para la comunidad.

El escritor y exfutbolista Daniel Baldi, integrante del equipo de trabajo de la fundación, recordó el origen de la iniciativa: “Cuando los jugadores regresaron de Sudáfrica, sintieron que todo ese amor de la gente necesitaba canalizarse de alguna manera. Fue así que decidieron crear esta fundación, única en el mundo, porque fue impulsada directamente por futbolistas de una selección nacional”.

Baldi explicó que la esencia de la organización no está en formar jugadores profesionales, sino en utilizar el deporte como vehículo para alcanzar objetivos más amplios. “El maestro Tabárez siempre decía que el fútbol es una herramienta para llegar a cosas mucho más importantes que el propio fútbol. Y esa es la filosofía que guía cada proyecto de la fundación”, afirmó.

Devolver a la sociedad

La Fundación Celeste se plantea como un puente entre el deporte y la vida en comunidad. Su meta es devolver parte de lo que la selección uruguaya recibió en aquel 2010, año en el que el país entero se volcó a apoyar a sus jugadores y a celebrar un cuarto puesto mundialista que marcó una generación.

“La fundación busca que el fútbol sea una excusa para enseñar valores, promover la educación, incentivar la lectura y apostar a la práctica deportiva como una forma de entretenimiento y salud”, señaló Baldi.

En este sentido, los programas que lleva adelante se centran en niños y jóvenes, sin la presión de convertirse en profesionales. La intención es que disfruten, aprendan y crezcan en un ambiente sano y de oportunidades.

Educación y deporte de la mano

Uno de los ejes centrales de la Fundación Celeste es la integración entre deporte y educación. “Nosotros no estamos en la búsqueda de talentos para llevar al fútbol profesional. Lo que queremos es que los gurises se formen, que lean, que estudien y que tengan una vida equilibrada. El deporte es parte de eso, pero nunca el fin último”, remarcó Baldi.

Por eso, además de promover la actividad física, la fundación impulsa programas de lectura y talleres educativos que acompañan a los entrenamientos. De esta manera, se busca que los niños comprendan que el fútbol puede ser un camino hacia la disciplina, el compromiso y la superación, valores que trascienden la cancha.

Infraestructura y salud

Otro de los focos de la organización es mejorar la infraestructura deportiva en distintas comunidades del país. La lógica es simple: si las canchas, los gimnasios y los espacios de práctica son adecuados, la experiencia deportiva será más enriquecedora y segura.

“La mejora de la infraestructura no solo permite que el deporte se practique en mejores condiciones, sino que también impacta en la salud y en la calidad de vida de quienes participan. Queremos que cada chiquilín tenga un espacio digno para jugar, divertirse y aprender”, comentó Baldi.

De esta manera, la fundación se convierte en un actor clave para que niños y adolescentes encuentren en el fútbol un entorno saludable, lejos de presiones y más cercano a la recreación y la integración.

Un legado que continúa

A lo largo de estos 15 años, la Fundación Celeste se ha consolidado como una referencia en el trabajo social vinculado al deporte en Uruguay. Su carácter único —ser creada por jugadores de la selección— le da un valor simbólico que trasciende fronteras.

“Lo que queremos es que la gente entienda que el fútbol puede ser una herramienta maravillosa para la vida, pero siempre en conjunto con la educación y los valores humanos”, reflexionó Baldi.

El legado de Sudáfrica 2010 sigue vivo, no solo en la memoria colectiva de los uruguayos, sino también en acciones concretas que impactan en miles de familias. La Fundación Celeste es, sin dudas, una de las formas más claras en que aquellos jugadores transformaron la emoción de un país en un proyecto de futuro.

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