El recientemente asumido diputado suplente por el Partido Nacional, Matías Pereira, tomó la palabra con firmeza y convicción para poner en agenda un tema que considera urgente y que, según afirmó, “debe unir a todos los uruguayos”: la profunda crisis que atraviesa la juventud. En su primera intervención, Pereira se expresó desde su propia experiencia generacional y desde el vínculo directo con su comunidad sanducera, marcando un tono claro de compromiso y sensibilidad social.
“La juventud uruguaya está en crisis”, comenzó diciendo. “No es una estadística fría. Son miles de jóvenes que sienten que sus sueños se alejan, que la adultez les toca, pero no llega, que la vida se posterga porque las oportunidades no están a su alcance”. Para Pereira, esta realidad no puede seguir siendo minimizada ni tratada con indiferencia. “Desde mi mirada como joven, no puedo ser omiso ante esta situación, especialmente cuando toca la fibra de mi comunidad sanducera”, subrayó.
El legislador puso especial énfasis en los factores que, a su entender, se combinan para formar una tormenta perfecta: malestar emocional, frustración educativa y barreras laborales cada vez más altas. Recordó que casi una cuarta parte de los jóvenes presenta problemas emocionales significativos y que si bien aumenta el número de quienes se mantienen dentro del sistema educativo, la satisfacción con lo que aprenden cayó drásticamente. “¿De qué sirve permanecer en la escuela o en un centro educativo si lo hacen frustrados, desmotivados, sin sentir que aprenden o crecen realmente? Esa es una herida profunda que afecta la base de nuestro futuro”, reflexionó.
En materia laboral, Pereira fue contundente. Señaló que el primer empleo, ese paso fundamental hacia la autonomía, se ha vuelto un ‘muro cada vez más alto’. Según datos de la Encuesta Nacional de Juventud, solo uno de cada tres jóvenes tiene empleo. “Esto no solo es un fracaso económico —dijo— sino una tragedia social”. A ello se suma un deterioro sostenido de la salud mental juvenil: “La tristeza y la desesperanza crecen sin pausa. No podemos seguir ignorando lo urgente”.
Frente a ese panorama, el diputado suplente reclamó “política seria, recursos y una red de apoyo real” para quienes hoy se sienten solos e inseguros. En ese sentido, destacó positivamente ejemplos de avance que demuestran que es posible generar oportunidades si existe voluntad colectiva. Uno de ellos es la Ciudad Universitaria de Paysandú, una concreción que, recordó, fue fruto del trabajo conjunto de todo el sistema político y que hoy funciona como “un faro de transformación y oportunidades para el litoral del país”.
Pereira destacó que gracias a este proyecto, los jóvenes del departamento pueden acceder a estudios terciarios, empleos de calidad y posibilidades concretas de construir un futuro autónomo. “Esa es la verdadera descentralización”, afirmó, resaltando cómo Paysandú se convirtió en un punto académico de referencia para toda la región.
Durante su discurso, el joven legislador también dejó un mensaje claro hacia el propio Parlamento. Observando el recinto, lamentó la escasa presencia de representantes menores de 30 años. “Miro para los costados y veo muchos compañeros de 40, 50 o 60 años, pero muy pocos de 30. Eso a mí me parte el corazón”, expresó. En ese sentido, sostuvo que su responsabilidad es hablar en nombre de los jóvenes que no están presentes en esos espacios de decisión. “Hoy tenía que estar acá para hablar por ellos”, dijo con firmeza.
Con su intervención, Matías Pereira dejó planteado un diagnóstico crudo pero necesario, acompañado de un llamado a la acción. Su mensaje central fue claro: la crisis que viven los jóvenes no puede seguir siendo una nota al pie en las prioridades del país. Su incorporación al Parlamento llega con el compromiso de trabajar en territorio, recorrer barrios y localidades del interior, y recoger de primera mano las preocupaciones de las nuevas generaciones, para convertirlas en políticas efectivas.
