Padres en alerta: un enorme panal de abejas en escuela N.º 14 de Porvenir

Desde hace tres años, un enjambre vive dentro de las paredes del centro educativo. La comunidad exige una solución urgente mientras ANEP no autoriza derribar la pared que alberga el panal.

Actualidad28 de noviembre de 2025Esteban OberttiEsteban Obertti

ESCUELA 14 DE PORVENIR - Panal de abejas desde hace tres años

En Porvenir, departamento de Paysandú, la calma habitual del barrio se vio alterada por un problema que lleva años sin resolverse y que hoy preocupa especialmente a las familias. Desde el martes, la mayoría de los padres de los alumnos de la escuela N.º 14 resolvieron no enviar a sus hijos a clases por la presencia de un panal de abejas de gran tamaño dentro del edificio escolar.

El panal, según testimonios de vecinos y padres, lleva aproximadamente tres años instalado dentro de las cámaras de aire entre las paredes del edificio. “Está entre la pared principal y la pared aplique”, explicó una madre, quien relató que la situación se volvió insostenible. “Por lo que nos comentan los apicultores, el panal es enorme. Nadie se anima a retirarlo sin tirar la pared, pero ANEP no lo autoriza”.

Una solución que no funcionó

Hace 14 días, una arquitecta enviada por las autoridades propuso crear un “ambiente inhóspito” para que las abejas abandonaran el lugar de forma natural. Sin embargo, el intento no dio resultado. “Se fueron cuatro días y volvieron más enojadas”, contó una de las madres afectadas. Las abejas se desplazan por distintos sectores del centro: el lateral del salón de primero, los baños principales y el costado del comedor.

El problema, señalan los vecinos, es que nadie puede precisar la ubicación exacta del panal principal, lo que impide intervenir con seguridad. “Se las ve entrar y salir constantemente. Sabemos que está dentro, pero sin la orden de ANEP para derribar la pared, no se puede hacer nada”, explicó otro padre.

Riesgo constante y miedo entre los niños

En los últimos días, la tensión creció. Las abejas, irritadas por los intentos de ahuyentarlas, comenzaron a volar en grupos grandes. “Hoy un compañero nuestro tuvo que salir corriendo porque lo quisieron atacar. Ellas marcan su territorio”, relató un vecino.

Para evitar accidentes, se colocaron vallas, cintas de advertencia y redes para delimitar el área de peligro, pero todos coinciden en que son medidas insuficientes. “No son perros, son abejas. Vuelan, no hay manera de contenerlas”, lamentó una madre.

El aumento de las temperaturas preocupa especialmente a la comunidad, ya que el calor vuelve a las abejas más activas y agresivas. “Los apicultores nos explicaron que cuando una pica, todas atacan, porque el cuerpo libera una hormona que las incita a defenderse. Es muy peligroso, sobre todo para los niños”, explicó otra vecina.

Padres indignados y reclamo a las autoridades

Los padres consideran “inhumano” que las clases continúen en estas condiciones. “No van a atacar a uno solo, pueden atacar a varios. Y estamos hablando de niños pequeños, curiosos, que ven un panal y quieren acercarse o tirarle una piedra”, advirtieron.

De hecho, adolescentes del liceo cercano apedrearon el lugar recientemente, provocando que las abejas se alteraran aún más. Desde entonces, el temor es constante.

La comunidad reconoce que tanto la directora como la inspectora escolar han hecho todo lo posible para resolver el problema, pero las decisiones finales dependen de Montevideo. “La orden tiene que venir de arriba”, repiten los vecinos, señalando que la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) no autoriza derribar la pared por cuestiones de infraestructura y costos.

Intervención local sin resultados

El alcalde de Porvenir también se involucró, coordinando la colocación de cintas de seguridad y acercando personal de la Intendencia para señalizar el área. Pero la medida es solo paliativa. “El problema sigue, y mientras tanto los niños no pueden ir a clases”, afirmaron los padres, que aseguran mantener su decisión de no enviar a los alumnos hasta que se garantice la seguridad.

La comunidad educativa de Porvenir vive así entre la impotencia y el miedo. Un panal oculto, que durante años pasó inadvertido, hoy se transformó en símbolo de una falta de respuesta efectiva que mantiene a toda una escuela sin poder funcionar con normalidad.

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