PILI se pudo haber salvado, pero faltó decisión política”: Marcelo Tortorella apuntó al Frente Amplio

El edil nacionalista cuestionó la falta de acción del gobierno de Tabaré Vázquez, la pasividad del entonces intendente Guillermo Caraballo y la actitud del sindicato que según dijo frustró un acuerdo clave con Conaprole.

Actualidad13 de octubre de 2025Esteban OberttiEsteban Obertti

MARCELO TORTORELLA - Edil del Partido Nacional

El cierre de la planta láctea PILI S.A. marcó un antes y un después en la historia productiva de Paysandú. A casi siete años de aquella jornada del 30 de noviembre de 2018, las heridas siguen abiertas, y las responsabilidades, según algunos actores políticos, no han sido asumidas.
En una reciente entrevista, el edil del Partido Nacional, Marcelo Tortorella, volvió a poner el tema sobre la mesa y apuntó con firmeza hacia quienes, en su opinión, permitieron que una empresa emblema del departamento desapareciera.

“PILI fue un episodio nefasto. Había soluciones, pero el intendente de ese momento, Guillermo Caraballo, no se puso los pantalones, y el gobierno nacional tampoco estuvo a la altura para salvar una empresa que le hubiese costado más barato al país mantener que cerrar”, señaló Tortorella.

 “Un barril sin fondo llamado Venezuela”

Tortorella recordó que las exportaciones de quesos a Venezuela, promovidas durante los gobiernos del Frente Amplio, fueron un golpe mortal para la empresa.

“El gobierno impulsó exportaciones a un país donde ya se sabía que no se iba a poder cobrar. Cincuenta millones de dólares quedaron en Venezuela, y nadie sabe en qué bolsillo terminaron”, denunció el edil.

Según explicó, el endeudamiento de PILI con el Banco República se agravó tras esas operaciones fallidas, y cuando se necesitaba apoyo estatal para sostener la empresa, no hubo respuestas. “El gobierno no dispuso lo que debía disponer. No se trataba de regalar plata, sino de dar oxígeno a una industria clave para el norte del país”, subrayó.

 “El acuerdo con Conaprole era la tabla de salvación”

Uno de los momentos más críticos de la historia de PILI se dio cuando Conaprole propuso un acuerdo de fasoneo, que le permitiría a la planta sanducera seguir funcionando mientras se buscaban soluciones financieras.
Tortorella aseguró que la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) jugó un rol determinante para frustrar esa posibilidad.

“Yo estuve en las asambleas. Los dirigentes de la FTIL se opusieron al contrato de fasoneo y actuaron contra los intereses de Paysandú y de los propios trabajadores. Esa era la oportunidad de mantener la empresa viva. Pero el sindicato, alineado con el MPP y el gobierno, dijo que no”, afirmó.

Para el edil, esa decisión fue el punto sin retorno. “Ahí fue cuando degollaron a PILI de parado. Los trabajadores perdieron sus fuentes laborales por culpa de sus propios representantes”, expresó, con tono de indignación.

 “Costó más caro cerrar que salvarla”

El legislador departamental también sostuvo que el Estado terminó gastando más dinero en seguros de paro y liquidaciones que lo que hubiese costado sostener la empresa mientras se reestructuraba.

“El principal acreedor era el Banco República, o sea, el propio Estado. A todos los uruguayos nos salió más caro mantener durante meses el seguro de paro especial que ayudar a PILI a seguir funcionando. Fue una decisión política equivocada y sin sensibilidad con el interior productivo”, opinó.

Tortorella consideró que detrás de esas decisiones hubo improvisación, falta de conocimiento del territorio y desprecio por la realidad de Paysandú, un departamento que históricamente ha dependido de su agroindustria.

 “Faltó autocrítica y sobra silencio”

El edil blanco lamentó que ni el sindicato ni las autoridades del momento hayan hecho una revisión pública de lo ocurrido.

“Nunca vi autocrítica de parte del sindicato. Nadie se hizo cargo de que, por no aceptar el fasoneo, dejaron a cientos de familias sin trabajo. La solución estaba ahí, al alcance de la mano”, dijo.

A su entender, la historia de PILI debería servir como lección para el futuro, para que el país no repita errores que destruyen su entramado industrial.

“Cuando falta gestión, cuando se improvisa, se termina pagando caro. Y quienes pagan son siempre los mismos: los trabajadores y las familias del interior”, concluyó.

 Una herida abierta en Paysandú

El caso de PILI sigue siendo tema de debate en el norte del país. Mientras algunos sostienen que su cierre fue consecuencia de problemas estructurales del sector lácteo, otros, como Tortorella, ven en el episodio una muestra de la desconexión entre el poder central y las realidades productivas del interior.

A siete años de aquel cierre que conmocionó a Paysandú, el reclamo de justicia, transparencia y responsabilidad política continúa vigente.

“PILI era más que una empresa: era una familia, una historia, y un símbolo del trabajo sanducero”, concluyó Tortorella, recordando que la herida aún no cierra para muchos.

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