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El presidente del baby fútbol sanducero habló sobre el crecimiento del proyecto, la importancia de la formación de los niños y el sueño de que el club sea semillero para las divisiones juveniles y la primera.
Somos Deportes 27 de agosto de 2025
Esteban OberttiEl baby fútbol es mucho más que un espacio de recreación: es el punto de partida de todo proyecto deportivo. Así lo entiende Rodrigo Portillo, presidente del baby fútbol de Paysandú FC, quien desde hace poco más de un año lidera la construcción de una estructura sólida en la Liga Sanducera de Fútbol Infantil. Con una visión de largo plazo, Portillo remarcó que la gran meta es formar a los niños como personas y como deportistas, para que en el futuro puedan nutrir a las juveniles y al plantel principal del club.
Oriundo de Montevideo, pero radicado en Paysandú desde 2006, Portillo es ingeniero agrónomo, padre de tres hijos —todos jugadores de fútbol— y un apasionado de este deporte. “Me considero un sanducero más. Tengo mis hijos acá, mi familia acá y el Paysandú FC se ha convertido en una parte muy importante de mi vida”, expresó.
El ingreso oficial del club a la Liga Sanducera de Fútbol Infantil se concretó en enero de 2024. A partir de ese momento comenzó una etapa intensa de organización, formación de categorías y adaptación a los reglamentos de la competencia. “Al principio costó un poco más, porque la gente aún no conocía lo que era la ciudad deportiva del club. Pero de a poco fuimos sumando niños y hoy tenemos seis categorías en funcionamiento, desde cancha chica hasta la Sub 13”, explicó Portillo.
Actualmente, Paysandú FC cuenta con planteles en casi todas las divisiones. La categoría 2018 todavía no compite oficialmente, aunque el club ya trabaja con esos niños en partidos amistosos y entrenamientos. Además, hay espacio para los más pequeños nacidos en 2020 y 2021, con la intención de formarlos desde la base.
El crecimiento no solo ha sido en cantidad de jugadores, sino también en infraestructura y planificación. El club dispone de preparadores físicos, utilería y entrenadores que acompañan el proceso de cada categoría. A esto se suma un coordinador general, Juliano Menéndez, que también trabaja con juveniles y el plantel principal, garantizando una línea de formación coherente entre todas las etapas.
Para Portillo, la gran fortaleza del proyecto radica en que el baby fútbol no se concibe como una actividad aislada, sino como la base de la pirámide deportiva del club. “La idea es que los niños que inician en el baby puedan continuar en las juveniles y, con el tiempo, llegar a la primera. Ese es nuestro sueño y hacia ahí vamos”, afirmó.
De hecho, ya hay resultados concretos: la actual Sub 14 del club se formó en gran medida con jugadores que el año pasado defendieron a Paysandú FC en la categoría Sub 13 de la liga infantil. “Alrededor del 80% de ese plantel viene del proceso iniciado en el baby fútbol. Eso demuestra que el camino es el correcto”, señaló con orgullo.
Más allá de lo deportivo, Portillo hizo especial hincapié en el rol de las familias y en la importancia de generar un ambiente sano para los niños. “Sabemos que muchas veces los problemas en el baby fútbol no vienen de los chicos, sino de los adultos. Por eso trabajamos mucho con los padres. Tenemos reuniones al inicio y a mitad de temporada para transmitir los valores del club y remarcar que la violencia no tiene lugar en este proyecto”, destacó.
En ese sentido, subrayó que hasta ahora la convivencia ha sido positiva, con apenas algunos incidentes menores. “Lo importante es que los padres son receptivos a lo que pretendemos y se han sumado a la idea de que el fútbol infantil debe ser un espacio de aprendizaje, respeto y alegría”.
El Paysandú FC mantiene abiertas sus puertas a todas las familias que deseen sumarse. Las prácticas se realizan en la ciudad deportiva, habitualmente a partir de las 18 horas, y los interesados pueden acercarse directamente al club para conocer horarios, categorías y entrenadores.
“No hay ningún requisito especial para ingresar, salvo las limitaciones reglamentarias de fichajes que impone la liga. Siempre tratamos de hacer un lugar para los niños que quieren sumarse. La invitación está hecha: que vengan, conozcan la infraestructura y se sumen a este lindo proyecto”, sostuvo Portillo.
Como en todos los clubes de la liga, existe una cuota mensual, destinada a cubrir gastos de operativa, pago de árbitros y demás costos administrativos. A cambio, las familias acceden no solo al trabajo deportivo, sino también a la utilización de toda la infraestructura de la institución.
Portillo no oculta el desafío que implica consolidar un proyecto de baby fútbol en una ciudad con tanta tradición deportiva como Paysandú. Sin embargo, se muestra convencido de que el club va por buen camino. “Este es apenas el inicio. Nuestro objetivo es que Paysandú FC sea reconocido no solo por su primera división, sino también por el trabajo serio y ordenado en la formación de niños y jóvenes”, afirmó.
Y concluyó con una invitación clara: “Queremos que los chicos disfruten, aprendan y sueñen con llegar a la primera. Que las familias sientan que este es un lugar donde sus hijos van a estar contenidos, formados y felices. Ese es el espíritu del Paysandú FC”.

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