El portland en rojo: ANCAP acumula pérdidas millonarias y define su futuro

La producción de cemento por parte de ANCAP volvió a cerrar un año con pérdidas. En 2023, el resultado negativo fue de 24,5 millones de dólares, sumando otro capítulo a la larga historia de números rojos que arrastra la Unidad de Producción de Cementos. Desde el año 2000, este negocio estatal ha acumulado pérdidas por unos 810 millones de dólares, considerando tanto los resultados operativos como la pérdida de valor de las inversiones realizadas en el período.

Esta situación crítica vuelve a poner el tema sobre la mesa en un año clave: la elaboración de los nuevos presupuestos de las empresas públicas. Tanto el directorio de ANCAP como el Poder Ejecutivo deberán definir si continuar, reformular o abandonar esta actividad, que hoy parece inviable en términos económicos.

Un sector en crisis: instalaciones obsoletas y pérdida de mercado

La crisis del negocio cementero de ANCAP tiene múltiples causas. Desde el punto de vista industrial, las plantas operan con tecnología atrasada y equipos obsoletos, que requieren inversiones millonarias para ser competitivos. Por el lado comercial, la situación es igualmente preocupante: la producción nacional perdió terreno en el mercado local, mientras que nuevos actores ganan espacio.

Uno de los principales competidores es Cielo Azul, que comenzó a operar en 2021 con tecnología moderna y costos más eficientes. A esto se suma una competencia regional feroz, donde países como Argentina, Brasil y Paraguay producen grandes volúmenes y compiten agresivamente. Solo en esa región se consumen casi 75 millones de toneladas de cemento al año, mientras que la capacidad instalada supera los 130 millones de toneladas, generando un fuerte excedente que empuja los precios a la baja.

Oddone: “No hay decisión tomada, pero el tema está sobre la mesa”

Durante una conferencia de prensa donde se presentó la nueva metodología para la fijación de precios de los combustibles, el ministro de Economía, Gabriel Oddone, se refirió al tema del portland. Confirmó que mantiene reuniones con autoridades de ANCAP y que ya ha recibido información detallada sobre el negocio.

“Es parte de la discusión sobre la política de inversiones del quinquenio. No tengo una posición tomada aún”, dijo Oddone, reconociendo que el tema está siendo evaluado a fondo. Esto indica que el futuro del portland será uno de los ejes centrales en las definiciones de inversión del gobierno para los próximos años.

San Román: “Sería un desperdicio abandonar el mercado”

Por su parte, la presidenta de ANCAP, Cecilia San Román, defendió la permanencia del ente en el mercado del cemento. “Sería un desperdicio abandonar el portland”, aseguró, aunque también admitió que las plantas están muy deterioradas y requieren una inversión significativa para volver a ser competitivas.

La jerarca no negó las dificultades, pero remarcó que el cemento sigue siendo un producto estratégico en sectores como la construcción, la obra pública y la infraestructura. “Hay que evaluar con realismo, pero también con visión de futuro”, expresó.

¿Reformar, privatizar o cerrar?

En este contexto, las alternativas son varias: una reestructura profunda del negocio, la búsqueda de socios privados, o incluso el retiro definitivo de ANCAP del mercado cementero. Ninguna opción es fácil ni políticamente neutra. Por un lado, abandonar la producción estatal podría ser visto como una derrota estratégica. Por otro, mantener un negocio deficitario sin una solución real podría convertirse en una carga insostenible para las finanzas públicas.

El reloj ya corre. Con las definiciones presupuestales en proceso, ANCAP y el gobierno deben decidir el rumbo de un negocio que ha drenado recursos por más de dos décadas, sin lograr revertir su situación.