El intendente de Paysandú, Nicolás Olivera, reflexionó sobre el rol y el sentido de las coaliciones partidarias en el escenario político uruguayo, afirmando que no pueden reducirse a una “juntadera de dirigentes” con el único objetivo de ganar elecciones o evitar que otro sector llegue al poder. En ese marco, planteó la necesidad de avanzar hacia una construcción política con contenido, identidad y proyección más allá de los períodos electorales.
Olivera fue claro al señalar que una coalición auténtica debe basarse en acuerdos sustantivos y no meramente circunstanciales. “La coalición es una herramienta que no puede ser solo una alianza para que no te ganen o para ganarle al otro. Esa no es su esencia”, afirmó. Para el jefe comunal, cuando la unión se limita a lo electoral, se pierde el verdadero valor político de la coalición y se debilita su capacidad de ofrecer soluciones sostenibles a la ciudadanía.
En ese sentido, explicó que una coalición implica la convivencia de partidos y sectores con miradas diferentes, pero con la capacidad de acordar en temas centrales. Como ejemplo, mencionó al Frente Amplio, donde conviven diversas corrientes ideológicas con perfiles propios, pero unidas por un tronco común y un propósito compartido. “Eso es una coalición: diferencias que se ordenan detrás de un objetivo”, remarcó.
Trasladando esa reflexión al plano nacional y departamental, Olivera sostuvo que cualquier coalición que aspire a perdurar debe definir un cometido común, un programa y una esencia que vaya mucho más allá de una coyuntura electoral. “No puede ser solamente un acuerdo para ganar. Tiene que servir también para gobernar”, subrayó, marcando la diferencia entre una alianza electoral y una coalición con vocación de poder y responsabilidad de gestión.
El intendente advirtió que los acuerdos basados únicamente en repartos de cargos o cuotas de poder terminan vaciando de contenido a los proyectos políticos. “No se trata de ir juntos y después repartir nombres, direcciones o ministerios. Tiene que haber un contenido programático que esté muy por encima de lo electoral”, indicó, enfatizando que la ciudadanía espera algo más que acuerdos tácticos entre dirigentes.
Para Olivera, el desafío pasa por construir un espacio político que se sostenga en el tiempo, con metas claras y consensuadas, capaz de dar respuestas a los problemas reales de la gente. En ese camino, consideró fundamental transparentar el modelo de país o de departamento que se quiere proponer, ofreciendo certezas sobre el rumbo y las prioridades de gobierno.
Asimismo, planteó que una coalición sólida debe permitir gestionar la diversidad interna sin caer en hegemonías ni imposiciones de un solo sector. “Tiene que contemplar distintas visiones y corrientes, porque históricamente los partidos y las coaliciones se nutren de esa pluralidad”, expresó, destacando el valor del diálogo y la construcción colectiva.
Finalmente, Olivera remarcó que el objetivo último de una coalición debe ser generar confianza en la ciudadanía, mostrando que existe un proyecto serio, con bases firmes y vocación de largo plazo. “No alcanza con decir que estamos en contra de lo que hace el otro. Hay que ofrecer un modelo, una propuesta y un camino”, concluyó, dejando en claro su visión de una política que trascienda la lógica electoral y apueste a acuerdos duraderos y con sentido.










