La Dirección de Servicios de la Intendencia culmina el año con un balance ampliamente favorable, marcado por avances en el control urbano, el fortalecimiento del trabajo social y la proyección de un nuevo sistema de recolección de residuos. Así lo señaló su director, Carlos Batista, quien valoró el esfuerzo del equipo y remarcó que se sientan las bases para una etapa de mejoras estructurales a partir del próximo año.
Batista calificó el período como “un año positivo”, no solo por lo realizado en el territorio, sino también por la planificación a futuro. En ese sentido, anunció que se trabaja en un nuevo modelo de recolección de residuos, tomando como referencia experiencias internacionales. “Viajamos con el intendente a Italia, vimos cosas nuevas, interesantes, y trajimos aprendizajes. En un tema tan universal como la recolección, siempre hay algo para sumar y mejorar”, expresó, subrayando que el objetivo es adaptar esas ideas a la realidad local.
Uno de los ejes centrales del trabajo de la Dirección de Servicios fue el fortalecimiento del accionar preventivo de la Inspectoría, que depende del área. Según explicó Batista, se logró implementar una metodología de recorridas sistemáticas para detectar problemas antes de que se transformen en conflictos vecinales. “La Intendencia tiene los vehículos, los medios y la forma de supervisar los espacios abandonados, las aguas servidas y los terrenos baldíos que generan molestias, roedores e insectos”, afirmó.
Como resultado de esta estrategia, la Inspectoría realizó más de cien intervenciones sin necesidad de que existieran denuncias formales por parte de los vecinos. “Eso es muy importante, porque mantiene la convivencia barrial. Muchas veces, el vecino que denuncia tiene que dar la cara y eso genera roces. Nosotros entendimos que el control debe partir desde la Intendencia”, explicó el director.
El procedimiento incluye la detección de terrenos o situaciones irregulares, la identificación de los propietarios a través del padrón y la notificación escrita dejando constancia de la situación detectada. “Se informa que el terreno está en un estado que no debería estar y se solicita su mantenimiento. En la mayoría de los casos, eso alcanza para que se regularice”, señaló Batista, destacando el rol activo de los inspectores en la supervisión y el control.
Además del impacto en la convivencia, Batista remarcó que este tipo de acciones preventivas también generan un ahorro para la comuna. “Las aguas servidas rompen cunetas y calles, y después eso trae gastos importantes. Prevenir es cuidar los recursos de todos”, sostuvo.
En paralelo, el director resaltó el trabajo realizado desde el área de Promoción Social, que, pese a haber asumido en julio, logró imprimir una fuerte impronta en el cierre del año. Junto a la directora del área, se realizaron recorridas por comedores y servicios sociales para supervisar la calidad de la alimentación y la atención humana. “Volvimos a la esencia de Promoción Social, que es la calidad del servicio y el trato digno a quienes concurren, muchos de los cuales no pueden elegir qué comer o cuándo hacerlo”, indicó.
Batista valoró especialmente el trabajo en equipo y el proceso de consolidación interna. “Costó, pero lo fuimos logrando. Plantamos un plan de trabajo claro y hoy vemos los resultados”, afirmó, agradeciendo el compromiso del personal y del encargado de Inspectoría, quien destacó el número de intervenciones realizadas sin conflictos.
De cara al próximo año, el desafío principal será avanzar en la implementación del nuevo sistema de recolección de residuos, sin descuidar el control urbano y la dimensión social. “Estamos aprendiendo, sumando experiencias y pensando en una ciudad más ordenada, más limpia y con mejor convivencia”, concluyó Batista.
