Vecinos del Barrio Obrero reclaman la recuperación de la Plaza de Palos a un año de su desmantelamiento

A un año del desmantelamiento de la Plaza de Palos, vecinos del Barrio Obrero exigen la expropiación del terreno vendido a un particular para recuperar este espacio clave de encuentro y recreación. La comunidad reclama respuestas concretas y acciones inmediatas de las autoridades.

Actualidad07 de julio de 2025Jean Pierre DutraJean Pierre Dutra

El pasado 4 de julio se cumplió un año desde que la Plaza de Palos, ubicada en el Barrio Obrero, fue desmantelada por la Intendencia a pedido del Ministerio de Vivienda. La razón detrás de esta decisión fue que el predio donde se encontraba la plaza había sido vendido a un particular, situación que generó un profundo malestar y movilización entre los vecinos de la zona.

Ariel Cruz, vecino activo del barrio, explicó que desde ese momento han golpeado todas las puertas posibles en busca de una solución que permita recuperar el espacio público. Según contó, gracias a su investigación en el registro de propiedad, supieron que el terreno fue adquirido por Juan Pablo Fornio.

Cruz relató que incluso tuvo la oportunidad de dialogar personalmente con el comprador, quien se presentó en su casa para conversar sobre el tema. Sin embargo, Fornio expresó que estaría dispuesto a vender el terreno nuevamente, pero únicamente a un precio de mercado que, según Cruz, es demasiado elevado y resulta inalcanzable para la Intendencia si no media un proceso de expropiación.

"Golpeamos muchas puertas. Hemos recurrido a la Intendencia, a la Junta Departamental, a la Comisión de Legislación, hablamos con el intendente Olivera y también con la nueva intendenta Nancy Núñez. Pero hasta el día de hoy no recibimos ninguna respuesta concreta. Siempre nos dicen que lo van a estudiar o que lo van a analizar", afirmó Cruz con evidente frustración.

Los vecinos sostienen que la expropiación del terreno es el camino más corto y efectivo para recuperar la plaza. Esta herramienta ya ha sido utilizada por la administración departamental en otros casos. Según explicó Cruz, hay antecedentes recientes en los que terrenos fueron expropiados para proyectos públicos, como el caso de un terreno destinado a UTE, que se expropió en septiembre del año pasado.

"Cuando preguntamos por qué no se expropia este terreno, la respuesta es que 'este caso es distinto', pero no nos explican en qué sentido. La verdad es que no entendemos por qué en otros casos sí se actúa y en este no", cuestionó Cruz.

Los vecinos se sienten ignorados y han recurrido a diversas estrategias para visibilizar su reclamo. Presentaron más de 2.000 firmas ante la Junta Departamental y también entregaron petitorios al expresidente Luis Lacalle Pou y al actual presidente, a través de un diputado del Frente Amplio. Sin embargo, hasta el momento no han logrado obtener el apoyo necesario para concretar la expropiación ni han recibido propuestas alternativas para restablecer la plaza.

La Plaza de Palos no era solo un espacio verde, sino un punto de encuentro vital para la comunidad. Allí se reunían niños, jóvenes y adultos para practicar deportes, realizar actividades culturales y compartir tiempo en familia. Su desmantelamiento no solo significó la pérdida de un espacio físico, sino también la ruptura de un lugar de identidad y convivencia barrial.

Cruz expresó que los vecinos no van a detenerse en su reclamo y continuarán golpeando puertas hasta lograr respuestas concretas. "Nosotros queremos que la plaza vuelva a ser de todos. Sabemos que se pueden expropiar terrenos cuando es por interés público y no vemos por qué este caso debería ser diferente", insistió.

Además, advirtió que el silencio de las autoridades aumenta la desconfianza de la comunidad y profundiza el sentimiento de abandono. "No queremos más promesas. Queremos acciones concretas que devuelvan a los vecinos lo que siempre fue suyo", agregó.

Mientras tanto, la comunidad del Barrio Obrero continúa organizándose y buscando nuevas vías para seguir visibilizando su lucha. La esperanza sigue viva y la convicción de que el espacio debe ser devuelto a los vecinos no se ha debilitado, a pesar del paso del tiempo y la falta de respuestas oficiales.

La historia de la Plaza de Palos refleja la importancia de los espacios públicos en la vida de los barrios y la necesidad de que las autoridades escuchen a sus comunidades. Para los vecinos, la plaza representa mucho más que un terreno: es un símbolo de pertenencia, unión y derechos ciudadanos que están dispuestos a defender hasta el final.

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