Aprodime impulsa un cambio profundo en la mirada sobre la discapacidad

En el marco de un proceso institucional de actualización y revisión, Aprodime llevó adelante un importante taller sobre discapacidad que reunió a referentes del área, profesionales y autoridades de la institución. La actividad se centró en reflexionar sobre las prácticas actuales, la forma en que se acompaña a las personas y la necesidad de transformar miradas para construir un modelo verdaderamente inclusivo.

El encuentro se desarrolló tras el acuerdo firmado con la institución española Calidad Plena, que trabaja en la implementación de modelos centrados en la persona. La reciente visita del especialista Fausto García, también integrante de ese organismo, generó un espacio de intercambio muy valorado dentro de la organización sanducera.

Revisar prácticas para mirar a las personas desde otro lugar

Isabel Morales, una de las referentes del equipo técnico de Aprodime, abrió la jornada destacando la relevancia del momento que atraviesa la institución: un proceso de revisión profunda que busca repensar cada práctica cotidiana.

“Estamos hace mucho tiempo intentando revisar nuestras prácticas, ver a las personas de diferentes formas. Siempre se ha dicho que trabajamos con personas con discapacidad, pero hoy entendemos que eso ya no alcanza”, afirmó.

Morales explicó que el acuerdo con Calidad Plena permitirá avanzar en un cambio clave: mirar a cada persona de forma integral, teniendo en cuenta sus intereses, lo que disfrutan, lo que rechazan y cómo quieren construir su vida. “Nos va a enriquecer como institución, pero más que nada va a enriquecer a las personas para quienes trabajamos”, resaltó.

Si bien Aprodime ya venía desarrollando proyectos orientados al desarrollo de habilidades y la autonomía, Morales consideró que faltaba una “pata fundamental”: conocer profundamente a quienes participan de los programas, sus gustos, motivaciones y aspiraciones. “La clave será empezar a escuchar más y mejor”, subrayó.

Un trabajo que interpela a la institución… y también a la sociedad

El taller dejó en claro que el desafío no se limita a quienes trabajan en Aprodime, sino que interpela a toda la comunidad. Morales insistió en que el cambio de mirada no solo debe darse hacia adentro de la institución, sino también en la sociedad sanducera.

“Debemos quedarnos con este concepto: no estamos trabajando con personas con discapacidad, sino con personas. Eso cambia todo”, expresó. Y agregó que el compromiso es avanzar en un enfoque que ponga en el centro la dignidad, los derechos y la autonomía.

Personas que necesitan apoyos: una transformación conceptual necesaria

Otro de los aportes más significativos lo realizó Ricardo Rezzano, presidente de Aprodime, quien reafirmó la línea de trabajo que el equipo profesional viene impulsando.

Rezzano subrayó que el concepto utilizado por Fausto García “personas que necesitan apoyos”— refleja con mayor fidelidad la realidad y evita etiquetas que históricamente han limitado derechos.

“Nos gustó la palabra que emplea él: no discapacidad, sino personas necesitando apoyo. No es un discapacitado, es una persona igual que nosotros, con los mismos derechos y también con las mismas obligaciones”, sostuvo.

El presidente destacó que este cambio conceptual es fundamental para garantizar que las personas sean vistas desde sus capacidades, su identidad y sus derechos, y no desde limitaciones impuestas por el entorno o por viejas prácticas institucionales.

Un proceso que recién comienza

El taller se consolidó como un punto de partida para una transformación más amplia dentro de Aprodime y en la comunidad. El intercambio entre los equipos técnicos confirmó que hay consenso sobre la necesidad de avanzar hacia modelos más humanos, participativos y centrados en la persona.

La presencia de profesionales como Isabel Morales, Natalia Medeiros, Virginia Eugui y Ricardo Rezzano reafirmó la importancia de trabajar en red, sumar miradas diversas y animarse a cuestionar lo aprendido para poder mejorar.

Aprodime, con décadas de compromiso en Paysandú, inicia así una nueva etapa: una que busca derribar etiquetas, potenciar la autonomía de cada persona y construir un entorno donde todos puedan desarrollarse plenamente, con apoyos adecuados y con respeto por sus decisiones.

Un paso firme hacia una sociedad que entiende que la inclusión no se declama: se construye todos los días.