A medio siglo de su inauguración, el puente internacional Paysandú–Colón volvió a ser protagonista como uno de los hitos de integración más relevantes entre Uruguay y Argentina. La conmemoración de los 50 años puso en primer plano no solo la magnitud de la infraestructura, sino también la historia de movilización social que hizo posible su concreción y el desafío que implica pensar su futuro. Así lo subrayó Cecilia Bottino, presidenta de la Delegación Uruguaya en la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), durante el acto realizado en la sede del organismo.
Bottino señaló que la fecha representa “un hito histórico” para ambas márgenes del río Uruguay, especialmente para las comunidades ribereñas que durante décadas reclamaron una conexión estable. “Este puente surgió de la organización de vecinos y vecinas sanduceros y de Colón”, recordó, destacando que el impulso inicial fue ciudadano y precedió a las decisiones de los gobiernos nacionales.
En ese sentido, relató que los primeros planteos incluso contemplaban la posibilidad de un puente flotante, alternativa que con el tiempo fue descartada al comprenderse la necesidad de una estructura permanente. “Después de mucha movilización lograron convencer a los gobiernos argentino y uruguayo de que esta obra era imprescindible”, afirmó, subrayando que ese esfuerzo colectivo merece ser reconocido como parte fundamental de la historia del puente.
La presidenta de la Delegación Uruguaya en CARU enfatizó que el aniversario número 50 encuentra a la estructura “en muy buenas condiciones”, aunque advirtió que el paso del tiempo impone nuevas responsabilidades. “Está cumpliendo la mitad de su vida útil”, explicó, lo que obliga a pensar de manera planificada en su mantenimiento y en las decisiones que garanticen su funcionamiento seguro y eficiente en las próximas décadas.
Más allá de su valor ingenieril, Bottino remarcó el fuerte contenido simbólico del puente Paysandú–Colón. “No es solo una obra de infraestructura; es la unión de los pueblos”, afirmó. Desde su inauguración en 1975, el viaducto se convirtió en un canal permanente de intercambio cultural, educativo, comercial y turístico, facilitando la vida cotidiana de miles de personas a ambos lados del río Uruguay.
La jerarca sostuvo que esa dimensión integradora fue clave para que la Delegación Uruguaya impulsara la conmemoración. “Entendíamos que darle ese significado era muy importante”, señaló, explicando que la celebración no se limitó a recordar el pasado, sino también a reafirmar el rol estratégico del puente en el presente y el futuro de la región.
Durante el acto, se destacó además el papel de la CARU como ámbito binacional de cooperación, encargado de velar por el buen uso y la administración del río Uruguay y de las infraestructuras compartidas. En ese marco, Bottino subrayó que la planificación a largo plazo será esencial para asegurar que el puente continúe siendo un factor de desarrollo y no un obstáculo para el crecimiento de las comunidades.
El cincuentenario del puente internacional Paysandú–Colón dejó así un mensaje claro: reconocer el camino recorrido gracias al empuje ciudadano, valorar una obra que simboliza la integración regional y asumir el compromiso de proyectarla hacia el futuro. Como expresó Bottino, se trata de honrar una infraestructura que nació de la gente y que, medio siglo después, sigue uniendo pueblos, historias y oportunidades a ambos lados del río Uruguay.










