En una reflexión profunda sobre el presente y el futuro del puerto de Paysandú, el exintendente Julio Pintos uno de los principales referentes de la Comisión Intersectorial Público-Privada del Puerto de Paysandú (CIPPUP) analizó el camino recorrido durante más de tres décadas para reposicionar al departamento en la hidrovía del río Uruguay y consolidar un modelo de desarrollo basado en la participación activa de la comunidad.
Pintos inició su intervención destacando lo que considera la base del éxito alcanzado: el método de trabajo. “Lo que quiero subrayar, más allá de los avances, es el método para lograr el desarrollo de una comunidad”, señaló. “Cuando una sociedad tiene un objetivo claro y se juntan las distintas partes —políticas, sociales, barriales, la Junta Departamental, la Intendencia, los ministerios— las posibilidades reales de transformar la realidad aparecen”.
Recordó que, antes de que el puerto volviera a tener protagonismo, existieron diez años de trabajo silencioso y constante, previo a 2005, realizados por múltiples organizaciones y actores locales que apostaron a la consolidación del sistema portuario. Con la llegada del nuevo gobierno de aquel entonces, se avanzó en una visión estratégica que cambió la mirada sobre los puertos del país. “El Ministerio de Transporte y la ANP desarrollaron el Sistema Nacional de Puertos. Se empezó a mirar al país como un gran conjunto portuario, y desde ahí se generaron las inversiones que un Estado debe asumir para que luego el sector privado utilice esa infraestructura”.
Para Pintos, esta articulación fue clave para que el puerto retomara actividad y se convirtiera en un nodo integrado a la logística regional. En 2019, Paysandú alcanzó un pico histórico de más de 240.000 toneladas movilizadas, un dato que, según remarcó, demostró que el modelo funcionaba y que la infraestructura estaba siendo aprovechada. “Eso mostró que este puerto cumplía una función, que tenía sentido y que se podía seguir creciendo”.
Sin embargo, también fue crítico al analizar la situación reciente. Pintos sostuvo que en los últimos años la actividad portuaria cayó drásticamente y que esto se explica, en parte, por la falta de atención y de gestión efectiva. “Lamentablemente, en los últimos 20 o 25 meses el puerto dejó de trabajar. Faltó gestión de la ANP. Faltó la figura de una gerenta como la que tuvimos, la señora Rey, que estaba en contacto permanente con los empresarios y convocaba periódicamente a la coordinadora portuaria”, señaló. Para él, ese espacio de coordinación era esencial para alinear intereses, detectar oportunidades y mover la actividad.
Aunque marcó estas dificultades, Pintos se mostró optimista respecto del potencial actual. Destacó que la inversión hecha sigue ahí, que la infraestructura está en condiciones y que el puerto conserva equipamiento moderno. “El puerto está precioso, las grúas están, la logística está. Ahora lo que hace falta es gestión, capacidad de articulación y que los privados puedan aprovechar el esfuerzo que hizo todo el pueblo uruguayo para que este puerto esté disponible”, afirmó.
En ese sentido, reiteró que el desarrollo portuario —y cualquier proceso transformador para el departamento— no depende de una sola figura iluminada, sino de la fuerza organizada de la sociedad. “A veces se piensa que el desarrollo lo hace una persona inteligente sentada en un escritorio. Pero no: el desarrollo se construye con la comunidad, con sus intereses, con su visión, y luego con un gobierno que tenga sensibilidad para acompañar e invertir”.
Finalmente, Pintos insistió en que Paysandú todavía tiene la oportunidad de recuperar su ritmo logístico si se retoman las prácticas que dieron resultado: coordinación, planificación y un compromiso real de Estado. “Ojalá que quienes hoy tienen la responsabilidad de gestionar puedan retomar ese camino y que el puerto vuelva a ser lo que tanto costó construir”.
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