Gastronomía con futuro: los estudiantes cierran el semestre con entusiasmo, práctica y grandes proyecciones

El primer semestre del año cerró con un balance altamente positivo para los estudiantes del Bachillerato de Gastronomía, que participaron de una jornada especial donde pusieron en práctica todo lo aprendido en sus talleres. La actividad, abierta a las familias y al público en general, sirvió como evaluación dinámica y como una oportunidad para que los jóvenes mostraran su evolución, no solo en lo técnico, sino también en su capacidad de organización, atención al cliente y vínculo con el entorno.

“Estamos muy contentos, los chiquilines han respondido muy bien y la convocatoria también fue excelente. Las familias acompañaron, el público se acercó y se generó un ambiente muy lindo”, señalaron los docentes encargados de la propuesta. El entusiasmo fue generalizado, tanto entre estudiantes como entre los visitantes, que valoraron la calidad de los productos y la calidez del servicio.

Este evento marcó una etapa importante para los jóvenes, especialmente para aquellos que cursan el tercer año del bachillerato, ya que se trata de su último tramo antes del egreso. “Este es el año de culminación. Los estudiantes desarrollan un proyecto anual interdisciplinario que involucra todas las materias, lo que les permite integrar saberes y proyectarse a lo que sigue: estudios superiores o el mundo del trabajo”, explicaron desde la coordinación académica.

Y los resultados hablan por sí solos. El 100% de los egresados del Bachillerato de Gastronomía está hoy vinculado al rubro, ya sea trabajando en el área o continuando su formación. Algunos cursan tecnicaturas en gastronomía o nutrición en Montevideo, otros siguen estudios en instituciones como Pedro Figari o en la propia ENERTT (Escuela Técnica), y no faltan quienes ya están trabajando en el exterior, como es el caso de estudiantes que actualmente se desempeñan en Francia.

Los docentes destacaron que estos logros no son casuales, sino fruto de una formación sólida, con fuerte impronta práctica, donde cada instancia busca replicar situaciones reales del mundo laboral. La venta de productos elaborados por los propios estudiantes no solo sirve como herramienta de evaluación, sino que potencia habilidades de comunicación, trabajo en equipo y resolución de problemas.

“Estas experiencias les dan otra perspectiva de lo que es la cocina. Aprenden a relacionarse con clientes, a manejar tiempos, a resolver imprevistos. Salen del entorno del aula para enfrentarse a situaciones reales y eso es invaluable para su formación”, agregaron.

Durante la jornada, se pudo ver cómo los estudiantes se desenvolvían con seguridad, explicaban sus preparaciones, atendían con amabilidad y gestionaban la actividad con autonomía. La respuesta del público fue igualmente positiva, valorando tanto el sabor como la presentación de los productos, además del compromiso evidente de quienes los elaboraron.

Los resultados de este enfoque educativo también se reflejan en la motivación. Muchos estudiantes ya están pensando en continuar sus estudios, emprender, o insertarse laboralmente en el área gastronómica. “Están muy entusiasmados. Se sienten preparados, y este tipo de eventos les muestra que pueden. Que lo que aprenden acá sirve afuera, que tienen herramientas”, señalaron los docentes.

Tras el receso de vacaciones, el grupo se preparará para la segunda mitad del año, con nuevas metas y desafíos. Pero por ahora, el balance es claro: el Bachillerato de Gastronomía no solo enseña a cocinar, sino que forma personas preparadas para enfrentar el mundo con sabor, responsabilidad y visión de futuro.